jueves, 31 de diciembre de 2009

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Todo ha empezado por esta entrada de Irene Jansen.
No sabría decir por qué empecé a escribir este blog. Según he rastreado la primera entrada es de Abril de 2006 y era en esta otra dirección. No escribía casi nada, porque no había nada que me inspirara especialmente, y paré en Octubre de 2007. Me olvidé de todo ésto hasta que en Noviembre de 2008 sentí la necesidad de escribir. La cuestión es que aquí digo todo lo que no sé decir en palabra. De la gente que me conoce, tan sólo mi hermanico, Satrian, Caos, el Marqués y Txepho saben de la existencia de este blog (y son tantos años que ya están curados de espantos). Y creo que es mejor así. En este blog se han dicho, se dicen y se dirán muchas cosas sobre gente que comparte mi vida, sobre gente que conozco o sobre gente que quiero un montón que seguro que no se interpretarían bien por ninguno de los afectados.
Hubo un tiempo, cuando estaba loco perdido por ella en el que medité seriamente darle la dirección y que leyera. Afortunadamente no lo hice, porque leer todo lo que escribo le hubiera dejado en una situación más incómoda de la que estamos. Imagino un día: "Hola, ¿qué tal?. Ya leí ayer que estás "enamorado" de alguien igualita a mi y yo no sabía nada". Y mi cara roja como un tomate y sin saber dónde esconderme. Porque una cosa es que no sea tonta y mi comportamiento de niño pequeño con ella lo haga evidente y otra es decírselo a la cara para que "me la partan". Por no decir lo que pasaría si leyera todo ésto Emma, el informático o una sola persona de mi trabajo... Además, en definitiva, tan sólo escribo para dar rienda suelta en palabras a lo que no soy capaz de expresar de viva voz. Y si no soy capaz... por algo será. Posiblemente porque es una mala idea decirlo.
Por éso quiero agradeceros a todos los desconocidos (algunos casi ya "íntimos") que entráis por aquí y opináis sobre lo que leéis o dais consejos sinceros, porque de verdad que se agradecen mucho. Y muchos de ellos sirven para mucho, aunque sólo sea para dar la vuelta a los momentos de bajón.
Y como me estoy poniendo más ñoño todavía que la película que titula esta entrada (que, por cierto, no me gusta) voy a cortar aquí otra entrada caótica y deslabazada. Soy así, es lo que hay.

viernes, 25 de diciembre de 2009

¡Qué bello es vivir!

Lo que más recuerdo de la primera vez que vi esta película, hace ya muchos años, es la escena en la que una joven Mary le dice al oído sordo de George que siempre le amará. Recuerdo que fue en un homenaje a Capra en el momento de su muerte y que me quedé pensando si alguien estaría pensando lo mismo de mi en algún lugar.
Después, todo lo demás, el ángel torpón buscando sus alas, mientras James Stewart intenta suicidarse, hasta que finalmente las consigue, con ese final emocionante y precioso en el que, con toda la familia reunida mientras George Bailey recibe la respuesta a todo lo que ha hecho en la vida por los demás, una campanilla suena. La campanilla que nos dice que Clarence ha conseguido sus alas.
Antes, cuando George se da cuenta de todo lo que puede perder si se suicida, tenemos una de las escenas emblemáticas de la película. Quién no recuerda esta maravilla, con James Stewart corriendo como un loco por Bedford Falls, dando gracias por la vida:



Esta película ha simbolizado siempre todo lo que rodea la Navidad y me apetecía recordarla en esta Nochebuena, vigilia de la Navidad. Porque esta película nos enseña, sobre todo, que uno siempre acaba recibiendo lo que da. Y que tampoco nos cuesta tanto hacer la vida un poquito mejor a los que nos rodean. Aunque sólo sea regalando sonrisas, que son gratis, y diciendo Feliz Navidad aunque no te lo creas ni tú.
Intentemos ser mejores, intentemos hacer mejores a los que nos rodean. Porque a largo plazo saldremos ganando, seguro.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!

martes, 22 de diciembre de 2009

El rayo verde



Ya sé que quien busca las cosas desesperadamente nunca las encuentra. Pero desde mi adolescencia siempre lo he andado buscando a él, siempre he querido verlo alguna vez antes de morirme. Y sé que algún día lo encontraré: el rayo verde. Y entonces podré demostrar que el gran Julio Verne tenía razón. Porque sé que ella estará allí conmigo…

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Insomnio


No sé si es que no quiero tener pareja o simplemente no me apetece. En vez de darle vueltas a las cosas, hoy lo suelto a bocajarro. Ésto quizás debería de ser el corolario al post, pero ya lo suelto de primeras. Debe de ser el hecho de que tenga la noche en blanco (es decir no pueda dormir) o quizás es que ya estoy cansado de dejar de ser yo.
Quienes me conocen pueden decir que siempre he sido una persona contenida, reflexiva. Pocas veces la gente a mi alrededor sabía qué era lo que me pasaba por la cabeza o que realmente estaba "out". Creo que sólo dos veces en mi vida me he sentido vulnerable, expuesto a los demás sin ser capaz de controlarme y sintiendo que no era yo el que se mostraba a los demás. Curiosamente, las dos veces han coincidido con las dos únicas veces que he creído estar "enamorado" de verdad en mi vida, una hace diecisiete años y otra hace uno. Y voto a bríos que no me gusta. Una amiga me dijo que me había convertido en un paranoico, en un histérico y un "llorica" y quejica. Y creo que la asusté. No a mi amiga, sino al objeto de mi afecto. Ella se había sentido atraída (o no) por un tipo de persona que de repente desapareció. Y no voy a decir que la gente estuviera exagerando, porque es verdad que yo mismo notaba todos esos síntomas que me comentaban. Pero era incapaz de controlarme. Estaba desatado y lo peor de todo es que era incapaz de reorientar lo que estaba pasando.
Y ahora, cuando creo que todo ha pasado, mi vida vuelve a recuperar la normalidad, vuelvo a ser una persona que le gusta reírse de la vida y a la que no hay que tomar en serio en el 99% de las cosas que dice. Y como no quiero dejar de ser así, creo que lo mejor será hacer lo que hice hace dieciséis años. Blindar mi corazón para evitar el no volver a ser yo mismo. Porque no me gusta la persona en la que me convierto. Y creo que a la gente que me rodea tampoco. Y estoy seguro que a los objetos de mi afecto tampoco.
Hasta que cumpla los 48 y vuelva a aparecer alguien que rompa ese blindaje. Pero aún quedan muchos años para disfrutar de mi verdadero yo.

AVISO: Este post está escrito anoche, en una de mis cada vez más frecuentes crisis de insomnio. Pese a todo creo que ahora tras haber descansado un poco sigo suscribiendo todas las palabras. Por éso lo publico.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Pocoyo

Hoy me he hecho mayor. O por lo menos éso dice mi DNI. Vamos, que hoy es mi cumpleaños. Quién me lee habitualmente ya se ha podido hacer una idea por lo que narro de mi edad, pero lo voy a decir, mi DNI dice que cumplo 34. Cosa que, la verdad, no la creo mucho. Creo firmemente que la edad la da tu mente, y por ahí me encuentro mejor que cuando tenía 24 años. Tengo ganas de muchas cosas y sobre todo quiero vivir, no parar en casa, descubrir cosas; cosa que nunca me había pasado. He perdido muchísimo peso en el último año por una mezcla de cosas y de psicología, pero ahora me encuentro como nuevo.
El día de mi cumpleaños nunca ha sido nada del otro mundo. Y la mayoría de las veces había sido un día odioso. Nunca me había gustado, y ese día las cosas tendían a salir mal históricamente. Creo que menos mi 25 cumpleaños que lo pasé en París y que fue espectacular porque nos reunimos la "resistencia" a reírnos de los franceses mientras media España se acordaba de mi y me llamaba por teléfono, el resto de los cumpleaños desde la adolescencia eran evitables.
Hasta que llegó el año pasado. Era viernes y cuando llegué a trabajar me encontré una nota en mi puesto mandándome a otro lugar del almacén. No sabía de qué iba, pero empecé a seguir las instrucciones. Tras dar vueltas por él, apareció en una bolsa ésto:



Sí, es lo que parece, un peluche de Pocoyo. Las perpetradoras del delito eran dos de las tres únicas personas que considero amigas de verdad en mi trabajo. Dos locas a las que tengo muchísimo cariño, porque me han demostrado que valen muchísimo la pena. Total, que se las habían arreglado para enterarse de la fecha de mi cumpleaños (dato que oculto a casi todo el mundo) y liármela de esa manera. Las risas fueron considerables, pero me llegó muy dentro el gesto. Era un gesto de cariño que hacia mucho que no recibía y que convirtió un cumpleaños que se preveía de mierda en uno de los mejores de mi vida. Y ya sé que es una chorrada, pero recibir alguna muestra de cariño de vez en cuando nos gusta a todos.
Y hoy, un año después, me la han vuelto a liar. No puedo decir que me hayan sorprendido, porque en su fuero interno uno siempre espera que se acuerden de él, pero las maneras y el cariño que me han mostrado no se paga con dinero. Este año me he encontrado con ésto:



Y además un calendario de pared también del Poco, siguiendo con la broma. Y sí, sigue siendo una chorrada, pero me reconforta, me anima y me ilusiona saber que hay dos niñas con las que puedo contar (además de con mis amigos de toda la vida, claro).
Y un año más, convirtieron mi cumpleaños en un buen día...

P.D.: Para quién le pique la curiosidad, lo de Pocoyo viene porque un día que tenía la tele encendida, vi unos capítulos en La 2 y me hizo muchísima gracia. Llegué al trabajo y lo puse de fondo de pantalla... y allí sigue. En el trabajo primero se sorprendieron de verlo y luego fue la broma generalizada... y ellas dos se lo apuntaron. Mientras, el peluche de Pocoyo sigue encima de mi cama desde hace un año. Para recordarme que hay mucha gente que merece la pena por el mundo...
P.D.2: Y mi hermanico pequeño me ha regalado una figurita de un capitán del ejército clon de Star Wars super chula también. No ha sido un mal día, no.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Y no me moví de la butaca...

Hace ya largos días, satrian hizo este meme sobre los cinco mejores finales de película (para él, claro). Se empeñó mucho en que yo hiciera lo mismo, pero aunque sé perfectamente qué pelis eran, me daba vagancia. hasta que ha llegado esta semana de noches en el curro y me aburro bastante, así que he acabado haciéndolo. Por supuesto, es una lista muy personal y quién me conozca verá que se parece escandalosamente a la de las películas que veo compulsivamente. Dejemos de hablar y vamos a ello, el orden es aleatorio, no es de mejor a peor ni al revés. Por supuesto, intento evitar espoilers que chafen la película en lo posible, pero a veces no lo es...

El Club de los poetas muertos - ¿Algo más hay que decir? ¿A quién no le ha apetecido subirse encima de la butaca del cine o del sofá cuando veía el final de la película? La película marcó a toda mi generación, que conocimos el significado y el valor del “Carpe Diem”. Pero es que ese final…



Antes del atardecer – A lo largo de la película nos vamos introduciendo cada vez más en los pensamientos y en los sentimientos de dos ¿antiguos? enamorados que se reencuentran nueve años después. Hasta que van a la casa de ella y canta un vals y ponen un disco de Nina Simone…



Casablanca – Porque sí. Y punto. Porque el paseo entre la niebla de Claude Rains y Humphrey Bogart es simplemente el mejor broche final posible para una película maravillosa de principio a fin. ¿Alguien ha visto a una mujer más guapa que la Ingrid Bergman de Casablanca? “Louie, I think that´s the beginning of a beautiful friendship”.



Mi vida sin mí – Ese fundido en blanco, porque no es una desgracia, es la celebración de la vida. Que hartada de llorar con esta película y que maravillosa lección de vida. Y ese fundido en blanco…


Lost in translation – Una estancia en Tokyo dónde ¿no pasa nada? Nada, simplemente dos personas incompatibles forjan una amistad inolvidable mientras se encuentran en lo más parecido a Marte que puede haber para un occidental. "Solamente" éso. Y acaba todo en una calle comercial de Tokyo, con un susurro, un abrazo, un gesto evocador…


Y sí, me dejaría muchas en el tintero: Persiguiendo a Amy, Sospechosos habituales, El halcón maltés, Los amantes del Círculo Polar,..., pero estas cinco son las que elijo en esta época de mi vida. Igual dentro de tres años elijo otras... o no.

martes, 1 de diciembre de 2009

Miénteme (Lie to me)

Miénteme. Aunque sólo sea por una vez en la vida. Miénteme. Aunque sepa que no es verdad lo que me estás diciendo. Miénteme. Aunque sepa que es sólo un sueño. Miénteme.

Aunque no lo parezca. Porque a todos nos gusta que de vez en cuando nos traten con cariño. Aunque no lo parezca. Porque a todos nos gusta escuchar una palabra amable. Aunque no lo parezca. Porque a todos nos gusta creer que le importamos a alguien. Aunque no lo parezca. Porque a todos nos gusta pensar que la soledad es algo pasajero. Aunque no lo parezca.

Miénteme. Dime que alguna vez pensaste en mí. Miénteme. Dime que en el pasado tuvimos una oportunidad. Miénteme. Dime que lo eché todo a perder por no medir los tiempos. Miénteme. Dime que el futuro puede deparar algo. Miénteme.

Tan sólo quiero creer en que alguna vez tuvimos una posibilidad. Aunque sólo sea para poder pensar que el futuro me sonreirá alguna vez y no moriré sólo en una casa vacía. Aunque sólo sea por eso.