domingo, 4 de abril de 2010

La Rompida de Calanda y Don Luis Buñuel

Existe una zona olvidada por todos dentro de esta tierra aragonesa que es la provincia de Teruel. Y dentro de esta provincia se encuentra la comarca más maravillosa que uno se pueda encontrar, el Matarranya. Cuna de mi familia paterna y lugar de largos veranos en mi infancia. Y al lado de esa comarca se encuentra otra, el Bajo Aragón. Y en este se encuentra el pueblo de Calanda, conocido mundialmente por ser la cuna de uno de los más grandes directores de cine que ha dado el mundo: Don Luis Buñuel.
Es una comarca de tambores. La Semana Santa se celebra con el toque del tambor y tiene su punto culminante en el acto de "Romper la Hora". En todos los pueblos de la comarca se hace el Jueves Santo a las doce de la noche. Calanda es especial. Calanda lo hace el Viernes Santo al mediodía. Y este viernes me acerqué de nuevo, porque hacía ya muchos años que no iba.
Y el momento sigue siendo mágico. En una plaza del pueblo abarrotada, cuando quedan dos minutos para el mediodía se hace el silencio. No se oye ni una mosca. Y cuando la torre del iglesia empieza a tocar las campanadas, de repente, se rompe el silencio con todos los tambores sonando al unísono tal y como seguirán haciéndolo hasta las dos de la tarde del día siguiente.


Y difícilmente se puede explicar con palabras los sentimientos que le recorren a uno cuando se produce la Rompida. La emoción te embarga y la carne se pone "de gallina". El corazón se sobrecoge y te das cuenta de que estás viviendo un momento mágico, algo inolvidable. Y aunque ya lo hayas vivido muchas veces, cada vez que presencias como rompen la hora, los sentimientos son los mismos. Y da igual que seas religioso o no. Ésto no va de éso. Buñuel era un ateo confeso, pero llevó los tambores de su pueblo por todo el mundo, llegando a introducir su sonido en alguna de sus películas. Porque la Rompida trasciende la religiosidad, es, simplemente una forma de vida.


Y de éso te das cuenta cuando ves a niños que casi no se tienen en pie tocando su tambor, a chicas que casi no puede con su bombo tocando con emoción, a ancianos que esperan ese día y hacen un esfuerzo para seguir tocando su tambor. Y te das cuenta cuando ves los nudillos ensangrentados por el roce con el bombo, y como todos ellos tienen sobre la piel las manchas de sangre seca de las Rompidas de otros años.


Y sabes que estás en un sitio especial en un momento especial. Y te vas de Calanda sabiendo que más pronto que tarde volverás otro Viernes Santo a sentir como todo el pueblo unido rompe la hora. Y sé que tú, mi futura, vendrás un día conmigo a verlo y a emocionarnos juntos.



Las fotos son mías, de la Rompida de este año. El vídeo, no, de éso me ha proveído en YouTube el usuario Pacotto.

2 comentarios:

satrian dijo...

Es cierto que trasciende a la celebración religiosa, es un momento muy emocionante, yo fui de niño y no he vuelto, algún año tengo que repetir.

hesisair dijo...

@satrian- Son los escasos momentos en la vida en los que uno entiende el fervor religioso de la gente...