jueves, 17 de junio de 2010

Aeropuerto


Nunca le habían gustado los aeropuertos. Siempre los había considerado lugares aburridos, a los que uno iba de paso y en los que te obligaban a pasar muchas más horas de las estrictamente necesarias para realizar tu viaje.

Aquel día le pareció algo todavía más cruel que eso. Mientras la veía pasar por la puerta de embarque para coger su avión sabía que era la última vez que la iba a ver. Sabía que el beso que le había dado delante del detector de metales era el último beso que jamás le daría. Sabía que aquello sólo había sido un sueño que acababa en el mismo sitio dónde había empezado: en un aeropuerto.

2 comentarios:

Cristina dijo...

Un recuerdo así me ha venido a mí hoy, precisamente.

hesisair dijo...

Todos los recuerdos tienen su lado bueno, búscalo!!!