domingo, 7 de marzo de 2010

La vida secreta de las palabras

Anoche hice algo extraño últimamente: me quedé en casa. Podría explicar mil y una razones, pero sería darle vueltas a algo para lo que no tengo una explicación coherente. Por lo tanto, no voy a hacerlo.
Me quedé viendo una película. Me quedé viendo "La vida secreta de las palabras" de Isabel Coixet. Ni que decir tiene que "Mi vida sin mí" me había golpeado profundamente hace unos años, cuando la vi, pero creo que no estaba preparado para otra sesión ¿parecida?. La película es íntima, personal, silenciosa, pensativa. Hasta que te rompe, te destroza, te desgarra por dentro en esa escena central. En esa conversación entre una excelsa Sarah Polley y Tim Robbins. Fue como una patada en el estómago y tuve que parar. Tuve que usar la tecla de Pause y asimilar todo lo que me acababan de contar, lo que acababa de descubrir, lo que me acababa de transmitir Hannah, cómo lo había hecho.
Y me di cuenta de que Isabel Coixet lo había vuelto a hacer. Había conseguido meterme en la cabeza una historia, un sentimiento, y me di cuenta de que no se me iba a ir de la cabeza nunca. Que siempre voy a recordar la historia de Hannah y Josef. Igual que la historia de Ann, la protagonista de "Mi vida sin mi". Me di cuenta de que cada vez que piense que mi vida no merece la pena recordaré a estas dos mujeres y me daré cuenta de que siempre hay alguien que ha estado peor que yo y ha salido adelante.
Y aunque todo éso puede parecer una chorrada, no viene mal que nos lo recuerden de vez en cuando. Sobre todo en noches oscuras en las que no sale la luna...

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