martes, 28 de agosto de 2012

Sueño de una noche de verano

Era una tarde-noche cualquiera de verano. Habían quedado todos para ir a tomar unas copas al bar de toda la vida. Estaban todos ellos, pero él había decidido ir porque ella también se unía. Ygerne era el objeto secreto de su deseo desde hacía muchos años. Tenía una debilidad por ella desde el lejano día en que la conoció, y esa debilidad se había convertido en atracción hacía ya un tiempo. Pero nunca se había atrevido, nunca se había acercado, nunca le había ni siquiera insinuado lo que sentía por ella.
Aquella tarde-noche no era diferente a las demás. Dentro del grupo iban los dos juntos, charlando y riendo, rememorando viejos tiempos y viejas historias. Ygerne contaba historias de juventud, de sus relaciones esporádicas con ellos y ellas en noches de música y alcohol. Juan, sin embargo, no podía dejar de mirar sus verdes ojos e imaginar que una de esas relaciones la tenía con él.
Entraron en el bar y se colocaron en el sitio de costumbre, cerca de las escaleras que conducían al primer piso dónde ellos y ellas buscaban intimidad para sus relaciones. Ygerne comenzó a bailar como siempre, jugando con unos y otros, despertando los instintos de todas las personas que le rodeaban. Ella era feliz así y Juan había aprendido a no molestar cuando entraba en ese trance.
Pero siempre había algo que rompía ese encantamiento. Aquel día se había unido a ellos el hermano de David, su mejor amigo, que rápidamente entró en el juego de ella y comenzaron a bailar. El juego comenzó a subir de tono y poco después la cogió de la mano y se subieron al piso de arriba. Juan sintió su corazón romper, aunque no era la primera vez y ya se estaba acostumbrando a esa sensación. David le puso la mano sobre los hombros, consciente de la situación, pero Juan hizo un gesto de que ya no importaba.
Pero de repente vio bajar a él, acompañado de otra chica. “Mierda, su ex”, oyó a David. Juan se quedó sorprendido y poco después bajó una Ygerne descompuesta, corriendo, llorando, que salió rápidamente del bar. Juan no se lo pensó dos veces y corrió tras ella. La cogió de los brazos en la puerta, pero ella empezó a golpearle, enrabietada, chillando, diciendo muchas cosas. “Sois todos unos cerdos, sois unos mierdas, os odio”. “Tranquila, preciosa, tranquila, desahógate, estoy aquí para eso”, le decía Juan intentando tranquilizarla. “Tú eres el peor”, le espetó de repente, “eres el primero que no me hace caso”.
“¿Qué me estás diciendo? Te quiero más que a nada en el mundo, estoy loco por ti desde hace muchos años y tengo un miedo atroz a decirte nada porque eres demasiado importante para mí como para asumir un rechazo. Te quiero y me resulta terrible que me eches en cara eso”. Soltó esa parrafada sin darse cuenta, sin pensarlo, y cuando quiso parar ya era demasiado tarde. “Perdón, no debería haber dicho esto…”, acertó a decir.
Ygerne levantó la cabeza y se le quedó mirando con sus grandes ojos verdes. No dijo nada, había perdido toda su locuacidad. Y cuando Juan se esperaba un desprecio, se abrazó a él y escondió su cara contra su pecho. “¿Por qué has tardado tanto?”, acertó a decir entre lágrimas. Juan dudó sobre qué tenía que hacer, pero cuando ella levantó la cabeza para mirarle a los ojos supo que era el momento. Y simplemente, la besó.
“Por fin una noche en mi vida que merece la pena”, concluyó ella.

lunes, 20 de agosto de 2012

lunes, 23 de julio de 2012

Un abrazo

Un abrazo. Un arrebato. No pudo evitarlo. Cuando ella apareció en su casa con aquellos cuadros. Siempre habían bromeado con que le tenía que regalar algo para su nueva casa, pero nunca pensó.
Nunca pensó que ella perdiera parte de su tiempo en hacerle esos cuadros. Mientras las lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas la abrazó. Ella correspondió el abrazo. Quedaron así, unidos durante unos segundos, él no podía evitar que las lágrimas terminaran de escaparse.
Se separaron. Ella le miró y se fue. Tenía prisa, solo había pasado para dejarle los cuadros. Él quedó sentado en el vestíbulo de su casa observando aquellos cuadros que ayudaban a llenar una casa sin alma. Siguió llorando, ahora sin tener que ocultarse, solo, como estaba condenado a quedarse. Pensó en ella, que ahora se iría con él. ¿Por qué? ¿Por qué se comportó como un imbécil cuando la tuvo entre sus brazos? ¿Por qué nunca intentaron saber qué había pasado?
Ahora no había salida y sentía que su amistad le dolía más que si le apalearan. Tenía que pedirle que se olvidara de él. Que no le llamara. Que no le buscara. Que se olvidara de su existencia. Pero no tenía valor, porque en el fondo no creía que fuera capaz de no volver a verla. Por todo eso lloraba. Pero sobre todo lloraba porque esos cuadros eran el más maravilloso gesto de amistad que había recibido nunca. Y se sintió muy triste. Sintió que su vida no merecía la pena.

martes, 15 de mayo de 2012

Nunca me han besado

Dicen los más ancianos de la tribu, aquellos que llevan la voz cantante cuando nos reunimos en torno a la hoguera que nunca has besado hasta que besas a quién está dentro de tu corazón. Me imagino que moriré sin saber si eso es verdad o es solo uno de los mitos que nos hacen creer que este mundo es mejor de lo que parece.

miércoles, 25 de abril de 2012

La vida de nadie

Pues a mi me parece extraño que, después de tres años conociéndonos y compartiendo muchas cosas, varios días seguidos me eche en cara cosas de mi caracter que nunca han sido ocultadas y que son evidentes.
Y no me vale que después de eso vaya evitando la conversación y cuando le llame por teléfono lo solvente todo con un "no te ralles" y me cuelgue porque tiene prisa.
No le entiendo. Y como no le entiendo, no sé qué hacer. El sino de mi vida.

jueves, 2 de febrero de 2012

My way

Lo que más le dolía de su vida no era que aquello no hubiera funcionado. Lo que más le dolía era que nunca fue capaz de preguntarle por qué no había funcionado.
En una mano el móvil con su número marcado. En la otra su foto. ¿Para qué llamarla ahora? Saltó y el dolor desapareció para siempre.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Wishlist Fnac 2012

Me entero a través de un email que la FNAC nos invita a aquellos que tenemos un blog desde antes del 1 de Julio de este año a hacer una "wishlist", es decir, una lista de deseos. Y no solo eso, si no que todas las wishlist entran en un sorteo y ¡al ganador le regalan un cheque regalo por valor de 2012€!
Como el concurso es muy fácil y se basa en que la lista no supere los 2012 € entre todos los productos,  y tengo una casa que llenar de cachivaches, aquí va mi lista, corta pero intensa.


Samsung UE46D5500 LED 46" Full HD Ultraslim – 759.05 €
PS3 320 Gb + Batman Arkham City – 299.95 €
Apple iPad 2 con WiFi 16 GB color negro – 464 €
Apple iPod Touch 32 GB 4G – 289 €
Nintendo 3DS Azul Aqua + Funda Oficial – 169.95 €

Total : 1981.95 €


Si os animáis a participar, mucha suerte, pero espero que el premio me lo lleve yo... y si alguno me quiere regalar uno de los productos de la lista, que sepa que el regalo será bienvenido :-)


Por cierto, Feliz Navidad y Próspero Año a todos!!!