Mira que le tengo muchísimo cariño, pero hoy me he enfadado muchísimo con ella. Estoy hablando de Emma. La verdad es que no sé a qué ha venido lo que me ha dicho, pero me ha molestado mucho.
Me ha llamado por teléfono para preguntarme por mi rodilla, ya que he tenido una recaída bastante fuerte y cuando estábamos terminando la conversación me ha soltado: “Déjalo estar y no le agobies”. “¿Qué me estás contando?”. “Te dije que la habías agobiado y no vuelvas a lo mismo que te conozco, déjalo como está”.
Como no sabía de qué iba al final me ha dicho que hablaba de mi niña. Sí, hablaba de aquello que ella alentó y luego no supo como parar. Y se ha dado mucha prisa en aclarar que mi niña no le ha dicho nada, que sólo lo dice por decir, porque me ve venir.
Y me ha molestado mucho. Primero porque ya le dije una vez que no se metiera en éso, que ya lo había complicado suficiente. Y segundo porque no es verdad lo que dice. Porque ni estoy presionando ni agobiando ni siquiera acercándome. Que no, que estoy manteniendo totalmente las distancias y lo poco que hablamos es cuando ella empieza. Que incluso nuestra relación ha bajado porque no quiero que parezca que la estoy presionando. Y con las cosas así va Emma y hoy me dice lo que me dice.
Y estoy molesto, enfadado. Porque no tiene razón. Otras veces la ha tenido. Pero hoy no tenía razón. Y se lo he dicho. Pero he detectado que no me ha creído. Para una vez que no digo medias verdades cuando me preguntan por mi niña…
La leyenda del montañero solitario
Hace 2 años