Emma siempre dijo que nunca se casaría. Que no creía en esas cosas y que se conformaba con vivir con aquel que amaba y le amaba. Hasta que un día hace casi un año, de charla, como si nada, nos comentó a Amy y a mí que se casaba. Amy casi se atraganta y a mi me dio la risa. Pero resulta que era verdad, que cuando todos le habíamos dado por imposible (hasta su futuro marido) ha decidido casarse. Y no sólo casarse, no. Sino hacerlo ¡en la Basílica del Pilar! Carlino tiene la teoría de que cuando vaya a entrar en la basílica el cielo se oscurecerá y empezarán a verse rayos y sonar truenos.
Y aunque no me guste ir a las bodas, me resulten descorazonadoras, me aburran soberanamente, el sábado a mediodía estaré en la Basílica del Pilar. Porque pocas veces en la vida se casa una buena persona. Y menos veces todavía uno puede presumir de que sea su amiga.
P.D.: Ha prometido que no nos va a hacer tíos. Pero también prometió que nunca se casaría...
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