martes, 29 de noviembre de 2011

Garabatos de fuego

En los meses sombríos centelleaba mi vida
solo cuando hacía el amor contigo.

Como el cocuyo se enciende y apaga, se enciende y apaga
– uno puede seguir su camino de a ráfagas
en la oscuridad de la noche, entre los olivos.

En los meses sombríos el alma estuvo hundida
y sin vida
pero el cuerpo iba derecho a ti.

Mugía el cielo nocturno.
Nosotros ordenábamos a escondidas el cosmos y
sobrevivíamos.

Tomas Tranströmer
 

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