jueves, 17 de noviembre de 2011

Mis problemas con las mujeres

El martes salía del trabajo como un día más. La idea era pasarme la tarde vaciando mi carpeta de capítulos por ver, pero todo dio un vuelco. Cuando dejaba al informático en su casa, me dijo que subiera a tomar una cerveza. Y lo hice, y se nos hizo muy tarde.

Por primera vez en mucho tiempo hablé (y habló) de todo. Hacía mucho que no hablaba tan claramente de muchas cosas. Le hablé de esa primera chica de abril hace tantos años; le hablé de B, mi niña barcelonesa; le hablé de la chica de los rizos; en fin, le hablé de Amy (que es la tercera de nuestra banda, pero me sorprendió ver que desconocía la mayoría de lo que (no) pasó).

Luego lo pensé, y me pareció un poco triste que mi vida se pudiera resumir en cuatro mujeres. Para lo bueno y para lo malo, cada una a distintos niveles, pero cada una de ellas marcó una nueva etapa en mi vida. Alguna me tuvo profundamente enganchado, otras fueron solo gente que sobresalía sobre las demás, pero todas se han quedado guardadas en mi corazoncito como parte de las imágenes que pasaran por mi mente cuando me toque dejar este mundo.

Hay algunas mujeres que siguen siendo parte muy importante de mi vida, a las que echo de menos muchas veces y con las que me gustaría estar más en contacto de lo que estoy, pero, no sé, esas cuatro… esas cuatro tuvieron algo, aparecieron en mi vida en el momento justo. Quizás esté habiendo una quinta, pero eso el tiempo se encargará de confirmar lo que parece.

Y por si no ha quedado claro, no, no estuve enamorado de las cuatro, ni mucho menos. De alguna sí, pero no de todas. Simplemente son personas que marcaron mi vida, lo que al final es mucho más importante que el amor. Por alguna de ellas daría mucho más que por alguna persona de la que creí estar “enamorado”.

No hay comentarios: