miércoles, 25 de agosto de 2010

Cita a ciegas (IV)

En tan solo una hora consiguieron tener algo comestible, así que pusieron la mesa en la terraza y se dispusieron a comer. Fueron momentos de risas que acabaron con una guerra de hogazas de pan que comenzó cuando le dijo a Ygerne que el segundo plato podía estar más currado. Se hizo la ofendida y luego, entre risas, comenzó a lanzarle los trozos de pan que encontraba por toda la mesa. Y, por supuesto, Juan continuó la guerra, a la que se unieron rápidamente Javier y Bea. En cuanto conseguieron tirar todo el vino por el mantel, decidieron declarar una tregua y terminar con el postre que habían traído para coronar la comida.

Con el café, llegó una de sus ideas peregrinas: una partida de Risk. Sorprendentemente todos conocían y amaban el juego, por lo que no tardaron en organizarse en parejas para comenzar la partida. No está nada claro si las normas eran las correctas, pero sí que se rieron y charlaron. Allí se enteró que Ygerne no era de su ciudad, sino que había llegado en los comienzos de su juventud con su madre y sus hermanos, y que trabajaba para el Estado, aguantando (perdón, enseñando) niños de Primaria. Se hizo llamar apasionada del cine y de las series, así que Juan no pudo aguantarse y la desafió a una partida de Trivial. Ahí sí que no lrr iba a poder ganar, el quesito rosa y el amarillo iban a ser la base de su victoria. Pese a ello se resistió. Tuvo que reconocer que sabía más de lo que parecía, pero todas las películas de cine clásico que su padre atesoraba en su videoteca le sirvieron para adjudicarme la victoria.

Cuando se dieron cuenta, se les había hecho las ocho de la tarde, pero Ygerne no estaba dispuesta a quedarse como perdedora, así que les desafió al parchís. Javier y Bea optaron por irse ya que había que madrugar al día siguiente, pero Juan decidió aceptar el desafío. Y al parchís se pusieron a jugar. La partida no duró mucho, porque empezaron a charlar sobre su vida y sus cosas y se olvidaron del juego. Allí fue cuando se abrieron el corazón definitivamente y comenzaron a contarse sus aventuras, y sobre todo desventuras, vitales. Debajo de esa chica con un punto de caradura y sin vergüenza que había visto, descubrió una persona sensible, divertida y con una visión del mundo que le rodeaba muy afinada e interesante. Debajo de esa chica conoció a una persona que se convirtió aquella noche en su amiga. Debajo de esa chica conoció una persona con la que se le hicieron las tres de la mañana charlando y arreglando el mundo, y cuando se despidieron se comprometieron a repetir un día así más pronto que tarde...

Continuará...

2 comentarios:

Cristina dijo...

¿habrá que esperar a que acabe el mundial para que lo continúes?

hesisair dijo...

Habrá que esperar a que acaben mis vacaciones jejeje